Una sesión de Shiatsu comienza con una entrevista inicial para establecer el historial y las necesidades específicas del cliente. Se recomienda venir a la sesión con ropa ligera y cómoda, preferiblemente con los brazos y las piernas cubiertos. La sesión se realiza en el suelo sobre un futón de masaje. Durante la sesión, el practicante utilizará presiones en puntos específicos del cuerpo, técnicas de respiración y estiramientos para aliviar la tensión y el estrés en el cuerpo. La sesión de Shiatsu dura generalmente entre 45 minutos y 1 hora, y el tiempo total desde que el cliente llega hasta que se va no suele exceder de una hora y media. Una ventaja adicional del Shiatsu es que no tiene efectos secundarios adversos, lo que lo hace seguro y efectivo para prácticamente todas las edades y condiciones. En resumen, una sesión de Shiatsu es una experiencia única que puede ayudar a aliviar el estrés físico y emocional, mejorar la calidad del sueño y restaurar el equilibrio y la armonía del cuerpo y la mente.